La izquierda social vive y seguirá viviendo. No deriva de un caprichoso voluntarismo político. Expresa, antes bien, una necesidad. Busca igualdad y equidad. Tal debe ser el tema de mayor debate nacional, pues México es el país más desigual del continente americano.
Este planteamiento se dirige a la gente común, al ciudadano de a pie, especialmente a los más pobres. En su discurso político se significa por un programa de protección a los excluidos (las mayorías), y en la acción por el trabajo de base, directo, organizado.
Desde la izquierda, una fuerza auténtica y duradera sólo puede cimentarse sobre una intensa organización de las clases populares. En este campo, la fuerza política no se construye coaligando intereses o construyendo aparatos, sino representando los anhelos de los que nunca serán privilegiados por el sistema. Por eso la izquierda social es aquella que surge de los movimientos populares, de la organización social.
Es necesaria, porque hoy la inmensa mayoría de la clase política discute otros asuntos que no interesan a la población. Mientras la gente quiere saber, escuchar o tener propuestas sobre empleo, ingreso, alimentos, vivienda, buena educación, acerca del precio del gas o la luz, la clase política analiza cómo reelegirse en los cargos públicos, cómo se distribuye el poder en las Cámaras o en el gabinete.
Para la izquierda social discutir el Estado implica discutir la creación del cuarto nivel de gobierno, la revocación de mandato, el plebiscito, el referéndum, la iniciativa ciudadana, las elecciones vecinales, la soberanía del DF, la paridad de géneros, la autonomía indígena, el Estado laico. En suma, abundar sobre las obligaciones del Estado en pro del bienestar social.
En la agenda de la igualdad, la columna vertebral está en las demandas de trabajadores, campesinos, estudiantes, mujeres. Los marginados en general. Pero también en los temas de las minorías discriminadas. Por eso la izquierda social defiende el derecho al amor en cualquier variante. De hecho, la política de izquierda se hace con amor o no es de izquierda. Si no hay cariño hacia la gente se termina en una burocracia, o peor aún, en una tecnocracia.
Lo que domina hoy la acción del grupo gobernante en el país es precisamente el desprecio hacia la gente. Esto explica casos como el de la guardería ABC, los asesinatos de jóvenes en Ciudad Juárez y de mujeres indígenas violadas; la falta de justicia para los mineros o el cierre de Luz y Fuerza junto con miles de despedidos, entre otros.
Por eso la mejor política es la que se hace con ideas y principios. La mejor política, la más humana, la más fraterna, es la que se rige a favor de la igualdad. Esa es la que sigue la izquierda social.
de acuerdo en que la gente necesita sentir que la politica significa algo para ellos, si izquierda social tiene entre sus estrategias la difusion de informacion, util para ser analizada y se oriente a promover la participacion de la gente en la solucion de las diversas problematicas que se enfrentan en este ambiente de crisis generalizada; nos los hagan llegar para impulsar y consolidar esta corriente de pensamiento y de actuacion en bien de la comunidad. Gracias mi correo; avileso2@gmail.com en B.C.S.
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