Hoy todos los mexicanos pagamos más impuestos y desembolsamos más para comprar bienes y servicios. Es absurdo, pero en plena crisis económica todo está más caro porque el gobernador Enrique Peña Nieto propuso y obtuvo del PAN y de Felipe Calderón un compromiso de carácter electoral, únicamente para su beneficio y para consolidar sus desbordadas ambiciones presidenciales. A cambio, comprometió el voto de los diputados priístas en San Lázaro para que aumentaran —como lo hicieron— de 15 a 16% el IVA y de 28 a 30% el impuesto sobre la renta, entre otros gravámenes.
De tal arreglo ilegal quedó huella: un acuerdo firmado por los dirigentes de PRI y PAN, Beatriz Paredes y César Nava, respectivamente, junto con el secretario de Gobierno del Edomex, Luis Miranda, y el de Gobernación, Fernando Gómez Mont.
Siempre negados, estos acuerdos PRI-PAN no son los primeros. Acaso la constante, lo que los significa, es que cada que lo hacen es para perjudicar a la mayoría de la gente. Los ejemplos son muchos y el espacio poco, pero todos recordamos la imagen del coordinador de los diputados del PRI, Humberto Roque Villanueva, celebrando (con la roqueseñal) el alza del IVA del 10 al 15%, acuerdo al que llegaron con el PAN.
Desde hace 11 años, millones de mexicanos hemos sido afectados tras la aprobación del Fobaproa por PRI y PAN. La sangría económica para el país por ese concepto ha sido monumental. La deuda inicial a pagar, en 1998, rondaba los 780 mil millones de pesos. Hoy, pese a los pagos multimillonarios que se hacen cada año, el endeudamiento por ese rubro ronda los 748 mil 600 millones de pesos. Es decir, casi lo mismo.
¿Y quién paga los intereses del acuerdo PRI y PAN por Fobaproa? Los ciudadanos a quienes sí nos cobran impuestos pero que nos dicen que no hay dinero para crear empleos, mejorar la educación, ampliar la cobertura en salud o edificar más viviendas.
Dado que siempre han servido para exprimir más a las mayorías, es que en este país son de temer los acuerdos PRI-PAN. La particularidad del que ahora se ha hecho público —ilegal, con firmas y todo— es que encareció la vida de millones de mexicanos exclusivamente para satisfacer intereses mezquinos, personalísimos, de Peña Nieto. Aún descubierto el cochupo, el gobernador del estado de México ni siquiera ha sido buscado por conductores de noticiarios para que explique por qué comprometió al PAN a no hacer alianzas electorales en 2011 en aquella entidad, a cambio de cobrar más impuestos.
Lo anterior prueba que en lo fundamental PRI y PAN son lo mismo, que siempre que lo requieran las ambiciones de uno y otro se unirán, aunque el resultado sea un mayor empobrecimiento de los ciudadanos.
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