Luego de cometer una de las peores fechorías recientes en contra de millones de mexicanos, ahora pretenden engañar a todos con el petate del muerto.
Para pagar un menor costo político tras aumentar impuestos y crear algunos nuevos, justo lo que dijeron no harían, el PRI filtró a los reporteros en San Lázaro un comunicado de Hacienda con la propuesta de sustituir en la Ley de Ingresos el 2% panista “para el combate a la pobreza”, y mejor elevar del 15 al 16% el IVA, más otro 2% al ISR.
“El alza de impuestos se cocinó en la oficina de Agustín Carstens”, manipularon los tricolores. Acaso por ello el diputado David Pechyna, secretario de la Comisión de Hacienda, aseguró que por el alza impositiva en 2010, “el PRI no tiene de qué avergonzarse. Lo que hicimos fue plantear alternativas” lejos de debates falsos o populistas. Y remató: “Cumplimos con los compromisos que nos hicieron ganar en las elecciones pasadas. Pensamos en la nación”. Más de 70 millones de pobres en el país seguro no están de acuerdo.
Historias similares, incluso con los mismos personajes, se vivieron de 2000 a 2003 en la LVIII legislatura de la Cámara de Diputados. En los días medulares para aprobar la ley de ingresos y el presupuesto de egresos de aquellos años, en horas de la madrugada —cuando se cometen las peores atrocidades— llegaba a San Lázaro (proveniente de Hacienda) el diputado priísta Óscar Levín con cajas y cientos de documentos. En esos años se hacía acompañar, por cierto, de Agustín Carstens, entonces subsecretario hacendario del foxismo.
“Este es el presupuesto y háganle como quieran”, decía Levín a los encargados de elaborar los respectivos dictámenes. También lanzaba bravatas a los perredistas: “No autorizaremos el techo de deuda del DF si no están de acuerdo con esta propuesta”, lo cual, por cierto, nunca se aceptó.
Lo anterior es muy parecido a lo ocurrido ahora. Pero en ese afán de “echarle la pelotita a otro”, el PRI se engaña a sí mismo y habrá de pagar un alto costo político por apuñalar económicamente a millones de mexicanos y condenarlos a pagar más a partir del año próximo por todo lo que consumen porque la inflación irá a la alza.
Es probable que la propuesta de elevar y crear nuevos impuestos haya sido de Hacienda, pero fueron los votos del PRI los que avalaron tales incrementos. Fueron legisladores del PRI quienes aceptaron el fraude electoral y ayudaron a Calderón a rendir protesta en 2006.
Fueron ellos quienes lo apoyaron en las reformas a la Ley de ISSSTE y del IMSS; los que coartan los derechos reproductivos de la mujer en 16 estados de la República; los que callaron ante el golpe al SME y los que aprobaron más impuestos para todos los mexicanos. Aunque claro, todavía podrían recapacitar.
Lee este texto en El Universal Gráfico
Para pagar un menor costo político tras aumentar impuestos y crear algunos nuevos, justo lo que dijeron no harían, el PRI filtró a los reporteros en San Lázaro un comunicado de Hacienda con la propuesta de sustituir en la Ley de Ingresos el 2% panista “para el combate a la pobreza”, y mejor elevar del 15 al 16% el IVA, más otro 2% al ISR.
“El alza de impuestos se cocinó en la oficina de Agustín Carstens”, manipularon los tricolores. Acaso por ello el diputado David Pechyna, secretario de la Comisión de Hacienda, aseguró que por el alza impositiva en 2010, “el PRI no tiene de qué avergonzarse. Lo que hicimos fue plantear alternativas” lejos de debates falsos o populistas. Y remató: “Cumplimos con los compromisos que nos hicieron ganar en las elecciones pasadas. Pensamos en la nación”. Más de 70 millones de pobres en el país seguro no están de acuerdo.
Historias similares, incluso con los mismos personajes, se vivieron de 2000 a 2003 en la LVIII legislatura de la Cámara de Diputados. En los días medulares para aprobar la ley de ingresos y el presupuesto de egresos de aquellos años, en horas de la madrugada —cuando se cometen las peores atrocidades— llegaba a San Lázaro (proveniente de Hacienda) el diputado priísta Óscar Levín con cajas y cientos de documentos. En esos años se hacía acompañar, por cierto, de Agustín Carstens, entonces subsecretario hacendario del foxismo.
“Este es el presupuesto y háganle como quieran”, decía Levín a los encargados de elaborar los respectivos dictámenes. También lanzaba bravatas a los perredistas: “No autorizaremos el techo de deuda del DF si no están de acuerdo con esta propuesta”, lo cual, por cierto, nunca se aceptó.
Lo anterior es muy parecido a lo ocurrido ahora. Pero en ese afán de “echarle la pelotita a otro”, el PRI se engaña a sí mismo y habrá de pagar un alto costo político por apuñalar económicamente a millones de mexicanos y condenarlos a pagar más a partir del año próximo por todo lo que consumen porque la inflación irá a la alza.
Es probable que la propuesta de elevar y crear nuevos impuestos haya sido de Hacienda, pero fueron los votos del PRI los que avalaron tales incrementos. Fueron legisladores del PRI quienes aceptaron el fraude electoral y ayudaron a Calderón a rendir protesta en 2006.
Fueron ellos quienes lo apoyaron en las reformas a la Ley de ISSSTE y del IMSS; los que coartan los derechos reproductivos de la mujer en 16 estados de la República; los que callaron ante el golpe al SME y los que aprobaron más impuestos para todos los mexicanos. Aunque claro, todavía podrían recapacitar.
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