lunes, 30 de noviembre de 2009
viernes, 27 de noviembre de 2009
4 millones de comidas gratuitas, servidas
En enero de este año, cuando aparecieron los signos más ominosos de la crisis, Marcelo Ebrard, jefe de Gobierno del Distrito Federal, anunció la creación de dos programas sociales no presupuestados inicialmente: la entrega domiciliara y gratuita de medicamentos, y el de comedores públicos y comunitarios. Ambos se financiaron con ahorros y economías derivadas de un plan de austeridad entre los mandos medios y altos del gobierno de la ciudad.
El programa de comedores comunitarios garantiza el acceso a los alimentos, día con día, para miles de personas, especialmente niñas y niños, adultos mayores, madres de familia, personas con discapacidad, población en calle y desempleados. De enero a la fecha, se han servido 4 millones 278 mil 558 comidas. Con ello, la administración capitalina no se ha cruzado de brazos ante la virulencia de la crisis y ha dado una respuesta concreta, inmediata y continúa a las consecuencias más negativas de la misma: la carestía de los alimentos y desempleo.
¿Qué quiere decir esto? Que sí se puede, que sí hay alternativas a los grandes retos sociales cuando hay imaginación y voluntad. Los tecnócratas del ámbito federal ven las cosas desde otra óptica y prefieren afectar a los que menos tienen. Dicen: “hay crisis, no hay dinero, vamos a recortar el gasto social”. En cambio el gobierno del Distrito Federal, actúa: “hay crisis, no hay dinero, entonces los funcionarios nos vamos a recortar los salarios y las prerrogativas para mantener los programas sociales, crear otros nuevos y garantizar la comida a los ciudadanos”.
Este programa tiene dos modalidades: comedores públicos y comedores comunitarios. Los primeros son gratuitos y en ellos se cumple la desmercantilización de los alimentos y su conversión en un derecho pleno, como la educación o la salud que son gratuitos.
Los comedores comunitarios, por su parte, son pequeñas unidades micro productivas que generan mil empleos e ingresos a la gente de las comunidades que los administra. Ambas modalidades alientan además la cohesión social, la construcción de comunidad en cada barrio, en cada pueblo.
Hace unos días, al aprobarse el presupuesto de egresos del país, PRI y PAN volvieron a castigar al DF. Es paradójico: la entidad federativa que más invierte en su gente es la única que no recibe fondos federales de combate a la pobreza. Estamos seguros que si se bajaran un poquito el sueldo los 60 mil funcionarios de alto nivel del gobierno federal no habría problema para que a la capital de la República se le asignaran los 15 mil millones de pesos que le negaron los diputados de aquellos partidos.
Lee este texto en El Universal Gráfico
El programa de comedores comunitarios garantiza el acceso a los alimentos, día con día, para miles de personas, especialmente niñas y niños, adultos mayores, madres de familia, personas con discapacidad, población en calle y desempleados. De enero a la fecha, se han servido 4 millones 278 mil 558 comidas. Con ello, la administración capitalina no se ha cruzado de brazos ante la virulencia de la crisis y ha dado una respuesta concreta, inmediata y continúa a las consecuencias más negativas de la misma: la carestía de los alimentos y desempleo.
¿Qué quiere decir esto? Que sí se puede, que sí hay alternativas a los grandes retos sociales cuando hay imaginación y voluntad. Los tecnócratas del ámbito federal ven las cosas desde otra óptica y prefieren afectar a los que menos tienen. Dicen: “hay crisis, no hay dinero, vamos a recortar el gasto social”. En cambio el gobierno del Distrito Federal, actúa: “hay crisis, no hay dinero, entonces los funcionarios nos vamos a recortar los salarios y las prerrogativas para mantener los programas sociales, crear otros nuevos y garantizar la comida a los ciudadanos”.
Este programa tiene dos modalidades: comedores públicos y comedores comunitarios. Los primeros son gratuitos y en ellos se cumple la desmercantilización de los alimentos y su conversión en un derecho pleno, como la educación o la salud que son gratuitos.
Los comedores comunitarios, por su parte, son pequeñas unidades micro productivas que generan mil empleos e ingresos a la gente de las comunidades que los administra. Ambas modalidades alientan además la cohesión social, la construcción de comunidad en cada barrio, en cada pueblo.
Hace unos días, al aprobarse el presupuesto de egresos del país, PRI y PAN volvieron a castigar al DF. Es paradójico: la entidad federativa que más invierte en su gente es la única que no recibe fondos federales de combate a la pobreza. Estamos seguros que si se bajaran un poquito el sueldo los 60 mil funcionarios de alto nivel del gobierno federal no habría problema para que a la capital de la República se le asignaran los 15 mil millones de pesos que le negaron los diputados de aquellos partidos.
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viernes, 20 de noviembre de 2009
El agandalle del PRIAN en el presupuesto
Como sucede cada vez que se juntan, el PRI y el PAN han cometido nuevos abusos. Ahora se coludieron para quedarse con la tajada más grande del presupuesto federal de 2010, única y exclusivamente en función de sus ambiciones político-electorales, excluyendo a los ciudadanos y sus necesidades de desarrollo.
Primero se hicieron cómplices para evitar que los grupos económicos más poderosos del país perdieran los privilegios fiscales obtenidos durante décadas de gobiernos priístas y ampliados en gestiones panistas. No fuera a ser, según su cálculo político, que al hacerlo incomodaran a quienes los apoyaron abiertamente para acceder al poder.
En ese marco también se juntaron para elevar el IVA de 15 a 16% al consumo generalizado, y la tasa del Impuesto Sobre la Renta de 28 a 30%, hechos que se reflejarán negativamente en los bolsillos del ciudadano a partir del primer día del año próximo. Es decir, otra vez decidieron cargarle la mano a quienes sí pagan impuestos permanentemente.
Una vez que elevaron las contribuciones a las clases medias y a los más pobres, PRI y PAN se aliaron para acordar un presupuesto de egresos donde se repartieron los recursos públicos como si fueran propiedad de los grupos políticos en el poder.
Además, como ya lo han hecho en años anteriores, de nuevo castigaron a la ciudad de México y a sus habitantes, reduciéndoles el monto de recursos solicitados y manteniéndola al margen de los fondos federales que sí reciben el resto de las entidades federativas. En suma, le negaron los dineros a que tiene derecho en justicia, de acuerdo a las necesidades de sus habitantes.
En contrapartida, estados gobernados por priístas recibirán las mayores aportaciones de su historia. Lo anterior evidencia que en la aprobación de este presupuesto PRI y PAN se repartieron patrimonialmente los recursos públicos en vez de acordar las asignaciones en función de un proyecto de desarrollo nacional. (De hecho, excluyeron de la negociación a las demás fuerzas políticas representadas en el Congreso de la Unión).
Así, lo acordado en San Lázaro a principios de semana se limitó a satisfacer las necesidades político-electorales de gobernadores y grupos de interés dominantes en los estados gobernados por PRI y PAN, al más puro agandalle.
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Bienvenidos
Soy Martí Batres Guadarrama. Convencido de que México necesita una transformación que beneficie a la gente, desde muy joven me involucré en la política de izquierda.
En los años 80 fui miembro fundador del Consejo Estudiantil Universitario (CEU) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Posteriormente inicié mi militancia en el Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Me he desempeñado como presidente de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) y del PRD-DF. En la gestión del Lic. Andrés Manuel López Obrador al frente del Gobierno del Distrito Federal fui subsecretario de Gobierno.
Fui diputado federal y coordinador parlamentario del PRD en la LVII legislatura.
De 2006 a septiembre de 2011 me desempeñé como secretario de Desarrollo Social del Gobierno del Distrito Federal.
Bienvenidos a este espacio creado para compartir reflexiones sobre la actualidad de México, los invito a participar.
En los años 80 fui miembro fundador del Consejo Estudiantil Universitario (CEU) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Posteriormente inicié mi militancia en el Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Me he desempeñado como presidente de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) y del PRD-DF. En la gestión del Lic. Andrés Manuel López Obrador al frente del Gobierno del Distrito Federal fui subsecretario de Gobierno.
Fui diputado federal y coordinador parlamentario del PRD en la LVII legislatura.
De 2006 a septiembre de 2011 me desempeñé como secretario de Desarrollo Social del Gobierno del Distrito Federal.
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